viernes, 24 de diciembre de 2010

Si la bestia duerme sin cerrar los ojos es porque no quiere soñar.


Mientras su madre se quemaba al sol, el niño alérgico a la sal miraba al mar... Buceaba con los ojos. Se imaginaba sin camisa ni extremidades, sin nariz ni pantalón, y dibujaba un pez. Se zambulló sin aguantar la respiración.

Hay cuentos sin final, y el que no quiera escuchar, nunca sabrá si ha perdido el valor de preguntar...

1 Gritos al vacío :

Oriana Blanco Herdz dijo...

He estado leyendo otros textos tuyos y me sorprenden tu capacidad poética y la manera que tienes de crear historias tan bellas en tan pocas líneas.

Besos de neón.

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