martes, 21 de diciembre de 2010
Mi lado favorito de la cama fuiste tú.
Lo peor de estas situaciones no es el hecho de quedarte sola, o asumir que a partir de ahora solo podrás besar a la pared. La pregunta que surge al final de los finales es "¿Existen más comienzos?", y a esperar quién te responde.
Lo más horrible de esto es no saber qué hacer con los recuerdos. Jamás vas a saber qué hacer con la foto de la pared o el post-it que te dejó bajo la puerta de casa un día que dabas clases de matemáticas y él pasaba por allí casualmente. Ni idea de cómo descolgar sus dibujos del corcho ni dónde meter la carta que te escribió para tu cumpleaños.
No creáis que no se cogerlos y quitarlos, lo que no se ni quiero saber es romperlos y olvidarlos. Deshacerlos, desarmarlos.
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