A la cama ya no le quedan más sueños y a mí no me quedan más sábanas que desgastar contigo. Y la vida sigue su curso.
Ni siquiera sabría decirte si nos quisimos o si tan solo era un espejismo de los días y su maldita rutina, que también sigue su curso sin darme respiro, así que a veces me obligo a pensar que incluso la distancia siente celos y quiso formar parte de lo nuestro, pero, como bien dicen por ahí, una relación donde no hay dos, sino tres, nunca puede salir bien.
domingo, 21 de agosto de 2011
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