sábado, 24 de marzo de 2012

I’ve had enough of new todays.

Hace unos días, estando con un grupo de personas (llamémoslas "amigos"), intenté decir algo, como de costumbre. No era gran cosa, algún comentario carente de importancia, pues de mi boca poca palabra de valor sale. Fue entonces, cuando una de esas personas dijo entre risas y de un modo jovial y desenfadado: "Déjalo, ¡nadie te escucha!"
Tiene razón, aunque yo añadiría un "nunca" al final de la frase. Y por supuesto, él se refería a ese momento, y yo a cada día de mi vida. 


A pesar de las discrepancias he de confesar que soy de ese tipo de personas que hablan mucho y no dicen nada. Quizás por eso el lenguaje verbal me sirva para poco más que decir tonterías y posiblemente esa sea la razón por la que, a día de hoy, no he dicho nada que el resto quiera escuchar. Y lo más triste es que lo que quieren escuchar es algo que jamás pronunciará mi boca. No pondré palabras sinceras en oídos desinteresados.
Mejor dejamos lo importante para nunca, ¿no?

3 Gritos al vacío :

Let dijo...

Te equivocas. No es cuestión de lo que quieras decir, sino de quien te rodeas.

Si fueran tus amigos, sí te escucharían. Así que el error es tuyo por no saber elegir.

Let dijo...

Te equivocas. La cuestión no es que no te escuchen, es que no has sabido elegir a tus amigos.

Let dijo...

No soy especial Andre, una persona con dos dedos de frente sabría ver en valor que tienes. Si ellos no quieren ver más allá de sus narices, ellos se lo pierden. Es así de simple.

Yo sigo creyendo que los amigos tienes la opción de elegirlos. Al menos en un primer momento si es así. Yo te elegí a ti, igual que tú me elegiste a mi.

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