sábado, 22 de mayo de 2010

Mi bosque existe, aunque no sea de árboles.



Un día, estando con mi padre, nos encontramos dos ratones en el suelo. No se movían ni hacían ruido, no hacían absolutamente nada. Le pregunté a mi padre que por qué estaban allí quietos, y el me contestó que se habían ido al cielo... ¡Qué tontería! ¡Si estaban allí en el suelo!

Entonces entendí que al ser aplastados se habían convertido en pájaros, aquellos pájaros que volaban de un lado a otro sin un rumbo aparente y que se paraban en los árboles del patio trasero para explicarnos su trágica historia cada mañana. Todo tenía sentido.

Un poco más tarde, cuando murió mi abuela, comprendí que todos nos convertiríamos en pájaros algún día. No era mal destino, aunque yo nunca he sido gran amiga de las alturas,.

Pero un día, me encontré con un pájaro muerto... Y no lo entendí.

2 Gritos al vacío :

∫яαиу dijo...

La volaa.... =S
me gusta mucho como escribes, parece extracto de una novela ;)
saludos!

Verónica dijo...

Preciosa metafora que usas para definir la muerte y la resurrecion...

besotes de esta peke.

pd. te espero por mi rincon con tu taza de cafe, siempre que quieras...

Publicar un comentario

lugares donde gritar.