miércoles, 24 de junio de 2009
Demasiado charco para este barco de papel.
Mi vida empezó cuando te encontré y creí que había acabado cuando no pude salvarte. Creía que al aferrarme a tu memoria nos mantenía a los dos con vida, pero me equivocaba...
Una mujer llamada Teresa me ha enseñado que sí tenía el valor de abrir mi corazón podría volver a amar por muy terrible que fuera mi pesar. Ella me hizo comprender que solo estaba vivo a medias, eso me asustó y me dolió. No supe lo mucho que la necesitaba hasta aquella noche en que la vi alejarse, cuando aquel avión despegó sentí que algo se desgarraba dentro de mi, y lo supe, debí deternerla, debí seguirla hasta su casa.
Mañana voy a navegar hasta el cabo del viento y te voy a decir adiós, luego iré junto a esa mujer para ver si puedo ganarme su amor. Si puedo sé que nos daras tu bendición a mi y a todos nosotros. Si no puedo seguiré teniendo una bendición, ya que habré tenido el privilegio de amar dos veces en mi vida. Ella me ha dado eso y si te digo que la amo tanto como te amaba a ti... entonces ya sabes el resto de la historia. Descansa en paz amor mío.
martes, 16 de junio de 2009
Derrota de una gran victoria.
Otro día más luchando para alagar esta batalla... Batalla que no se sabe cuando acabará, si concluirá al fin o si seguirá ardiente matando las almas de los que la enfrentan, de los que la sufren, la envisten, la viven, la aguantan.
Dura guerra entre corazones que van muriendo en un charco de sangre... Poco a poco respiran el último aliento de estos pálidos cuerpos.
Un par de corazones que solo a veces se dan vida mutuamente para seguir soportando esta triste pelea por amor...
Textodehacemilaños.
Dura guerra entre corazones que van muriendo en un charco de sangre... Poco a poco respiran el último aliento de estos pálidos cuerpos.
Un par de corazones que solo a veces se dan vida mutuamente para seguir soportando esta triste pelea por amor...
Textodehacemilaños.
domingo, 7 de junio de 2009
Yo más, y de antes.
Hay un momento para todo. Hay ocasiones en las que conoces todo dolor, porque quizás es el que lloran tus ojos. Y quieres gritar. Gritar hasta quedarte sin voz.
Odias reflejarte en el espejo, das pena. Es como si... te compadecieras de ti misma, y te ahogas. Te ahogas en los charcos, te tropiezas en lo más llano del suelo, te caes. Es incómodo incluso respirar.
Sabes que tienes una vida vacía, ocupas un lugar que realmente está vacío, tus días yacen apagados, te hundes en abismos que ni siquiera tú conoces y estás rodeada de, en fin, eso, vacío. Nada más.
En cambio, otras veces, amaneces riéndote de todo, incluso de tí misma. Te encanta mirarte en el espejo. Esta vez si gritas, es de euforia, y nadas en los charcos donde antes te ahogabas. Respiras con soltura, sientes que tu vida puede estar llenándose y cobrando algo de sentido, y entonces, te da por pensar. Sabes que algo está pasando. Te enamoras...
Sí, te enamoras. Entonces crees que has cometido el error de tu vida, que debes estar equivocándote, que se acerca el apocalipsis, que el mundo se está acabando, es el fin. Pero no. Te das cuenta de que el apocalipsis hubiese sido no descubrir lo que ahora sientes y que el mundo se acaba si él se marcha. Si se marcha y no vuelve.
En ese mismo instante es cuando reconoces que abres los ojos simplemente para verle de nuevo y los cierras imaginándole. Y que cuando miras, solo lo haces en dirección a sus ojos.
Así es. Y lo cierto es que te encanta verle respirar aunque nunca se lo digas. Adoras observarle cuando él no sabe que lo haces, cuando vigilas sus gestos, su expresión, su cara, su perfección inhumana.
Te giras y nunca sabes por donde aparecerá otra vez. También te encanta, aunque tampoco se lo digas. Pero lo mejor es como sonríe y el tacto de sus manos. Es increíble y abrumador. Fascinante.
Deberías pedirle más besos a menudo, por si alguna vez resultan ser pocos. Deberías recordarle todo lo que le deseas a cada minuto, pero el día no consta de tanto tiempo como el que necesitas para hacérselo entender.
Sí, lo sé. Me he enamorado y es el fin del mundo, pero ojalá el mundo acabase así todos los días...
Odias reflejarte en el espejo, das pena. Es como si... te compadecieras de ti misma, y te ahogas. Te ahogas en los charcos, te tropiezas en lo más llano del suelo, te caes. Es incómodo incluso respirar.
Sabes que tienes una vida vacía, ocupas un lugar que realmente está vacío, tus días yacen apagados, te hundes en abismos que ni siquiera tú conoces y estás rodeada de, en fin, eso, vacío. Nada más.
En cambio, otras veces, amaneces riéndote de todo, incluso de tí misma. Te encanta mirarte en el espejo. Esta vez si gritas, es de euforia, y nadas en los charcos donde antes te ahogabas. Respiras con soltura, sientes que tu vida puede estar llenándose y cobrando algo de sentido, y entonces, te da por pensar. Sabes que algo está pasando. Te enamoras...
Sí, te enamoras. Entonces crees que has cometido el error de tu vida, que debes estar equivocándote, que se acerca el apocalipsis, que el mundo se está acabando, es el fin. Pero no. Te das cuenta de que el apocalipsis hubiese sido no descubrir lo que ahora sientes y que el mundo se acaba si él se marcha. Si se marcha y no vuelve.
En ese mismo instante es cuando reconoces que abres los ojos simplemente para verle de nuevo y los cierras imaginándole. Y que cuando miras, solo lo haces en dirección a sus ojos.
Así es. Y lo cierto es que te encanta verle respirar aunque nunca se lo digas. Adoras observarle cuando él no sabe que lo haces, cuando vigilas sus gestos, su expresión, su cara, su perfección inhumana.
Te giras y nunca sabes por donde aparecerá otra vez. También te encanta, aunque tampoco se lo digas. Pero lo mejor es como sonríe y el tacto de sus manos. Es increíble y abrumador. Fascinante.
Deberías pedirle más besos a menudo, por si alguna vez resultan ser pocos. Deberías recordarle todo lo que le deseas a cada minuto, pero el día no consta de tanto tiempo como el que necesitas para hacérselo entender.
Sí, lo sé. Me he enamorado y es el fin del mundo, pero ojalá el mundo acabase así todos los días...
Presentación fúnebre.
Buenas.
Bien, puesto a que esta es mi primera entrada del blog y son las 1:30 de la mañana de un sábado de estudio intensivo, debo decir que no me voy a explayar mucho. Voy a dejar aquí un pequeño texto sobre una peli que me gusta mucho. 'Mi vida sin mí'.
"Rezas para que esta sea tu vida sin ti. Rezas para que las niñas quieran a esta mujer que se llama como tú y para que tu marido acabe por quererla. Para que vivan en la casa de al lado y las niñas usen el remolque para jugar a las muñecas, y apenas recuerden a su madre que dormía de día y las llevaba de viaje en canoa. Rezas para que tengan momentos de felicidad tan intensos que cualquier pena parezca pequeña a su lado.
Rezas a no sabes qué ni a quién, pero rezas, y no sientes nostalgia por la vida que no tendrás, porque para entonces habrás muerto, y los muertos no sienten nada, ni siquiera nostalgia".
Loerestodo.
Bien, puesto a que esta es mi primera entrada del blog y son las 1:30 de la mañana de un sábado de estudio intensivo, debo decir que no me voy a explayar mucho. Voy a dejar aquí un pequeño texto sobre una peli que me gusta mucho. 'Mi vida sin mí'.
"Rezas para que esta sea tu vida sin ti. Rezas para que las niñas quieran a esta mujer que se llama como tú y para que tu marido acabe por quererla. Para que vivan en la casa de al lado y las niñas usen el remolque para jugar a las muñecas, y apenas recuerden a su madre que dormía de día y las llevaba de viaje en canoa. Rezas para que tengan momentos de felicidad tan intensos que cualquier pena parezca pequeña a su lado.
Rezas a no sabes qué ni a quién, pero rezas, y no sientes nostalgia por la vida que no tendrás, porque para entonces habrás muerto, y los muertos no sienten nada, ni siquiera nostalgia".
Loerestodo.
Suscribirse a:
Entradas
(
Atom
)